¡Clamor de media noche!
Y a la medianoche se oyó un clamor: ... ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!
(Mateo 25:6)
Meditando en la parábola profética de las diez vírgenes, de Mateo 25:1-13, encontré varias advertencias:
Primero, se advierte que el novio puede tardar. Aparentemente, todo estaba listo para las bodas, los participantes de la celebración solo esperaban la llegada del novio. Pero, dice la escritura que… tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Al parecer el Señor está describiendo una Iglesia durmiente, justo antes de su regreso. Podemos notar que muchos han caído en un cansancio en cuanto al retorno de Cristo, dicen, ya llevamos dos mil años y no ha regresado aún. Muchos cristianos “verdaderos” se han vuelto negligentes, han sido adormecidos por las vanidades de este mundo. La Iglesia ha perdido su compromiso, todo es celebración y espectáculo; pero poca oración, intercesión y estudio bíblico serio y responsable.
Segundo, se advierte que hay asuntos que no se pueden dejar para último momento. Cuando escucharon el clamor: ¡Aquí viene el esposo, salid a recibirle! fue entonces que las “insensatas” se dieron cuenta de que su aceite no era suficiente. El aceite representa la llenura del Espíritu Santo y una buena medida de fe, la cual vamos adquiriendo por medio de la oración persistente, una constante consagración y el estudio dedicado de la Palabra.
Tercero, se advierte que hay experiencias que no se pueden pedir prestadas. Entonces, las vírgenes insensatas dijeron: Dadnos de vuestro aceite. No se puede recibir prestada una relación con Dios. No se puede pedir prestada la llenura del Espíritu Santo. Hay cosas que tenemos que ganarnos o adquirir por nosotros mismos. Cada quien es responsable por su propia vida espiritual.
Finalmente, se advierte que hay cosas que no se pueden comprar. Las cinco vírgenes, aunque se vistieron apropiadamente, tenían lámparas, estaban esperando al esposo, escucharon el clamor de media noche, quedaron fuera de la fiesta. El Señor espera que cada uno se preocupe de cuidar y mantener su propia salvación. Si no estamos listos el día en que Jesús regrese, las únicas personas responsables somos nosotros mismos.
Senda de Vida, con sus publicaciones semestrales se esfuerza por proveer el material que contribuya a la capacitación y crecimiento de los creyentes “prudentes”, para que cuando El venga nos encuentre preparados.
Marco T. Calderón
Presidente